El maestro de los enigmas by Danielle Trussoni

El maestro de los enigmas by Danielle Trussoni

autor:Danielle Trussoni [Trussoni, Danielle]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2023-06-13T00:00:00+00:00


35

Cam Putney contempló a Thessaly Moses. Entró por un extremo de su casa y la recorrió hasta el otro, encendiendo las luces hasta que todo el sitio brillaba como el patio de la prisión por la noche. Obviamente, la mujer estaba aterrorizada. Había intuido su presencia, lo había presentido aunque en realidad no lo había visto. Su primer mecanismo de defensa era bañar de luz hasta el último rincón. Al encenderse las lámparas del segundo piso, pensó que era interesante cómo la presencia de luz siempre se equipara con seguridad: la luz del sol, una fogata, una lamparita en la habitación infantil. Su hija no pudo dormir sin una hasta que no cumplió los siete años. Pero la luz facilitaba el trabajo de Cam. Lo veía todo con una claridad perfecta. El archivo grueso que la Dra. Moses sacó del bolso y colocó sobre la mesa del comedor al lado de un delgado MacBook Air dorado, el mismo modelo que le compró a su hija cuando la escuela solo fue online durante la pandemia. La luz eliminaba las sombras de manera que nada se le ocultase a Thessaly Moses. Pero tampoco se le ocultaba nada a Cam Putney.

La casa formaba parte de una comunidad vallada a unas dos millas de la prisión, un conjunto de diez casas ubicadas en la densidad del bosque de Adirondack. Cam aparcó a más de una milla, escondiendo el Tesla entre los árboles. La mascota de Brink ladraba como loca en el maletero, saltando de un lado a otro como un pinball. Llevaba así desde hacía horas y estaba tentado de poner fin a su sufrimiento. Pero a Sedge no le iba a gustar. Le había ordenado que se llevase el perro de Brink, no que lo matase, y Cam no se iba a arriesgar a enfadarlo por algo así. Era mejor dejar que se cansase y que se durmiese.

Cam anduvo alrededor de la casa, buscando una manera de entrar. Permaneció en las sombras, con cuidado de no ser visto por los vecinos. Lo último que necesitaba era alguien llamando a la policía. En la parte trasera de la casa descubrió una ventana que se abría hacia la sala de estar. Podía ver a la Dra. Moses sentada ante la mesa del comedor, con el portátil abierto. Estaba intentando entrar de nuevo en la base de datos gubernamental del NYS, pero, por supuesto, se le negaba el acceso. Él había cambiado personalmente la clave, impidiéndole el acceso a toda la información relacionada con sus pacientes, incluida Jess Price. Había sido fácil entrar, cambiar la clave y redirigirlo todo hacia su propia cuenta. Si su portátil se parecía a su ordenador de sobremesa, no disponía de ninguna protección, sin un programa antivirus, ni siquiera un VPN. Estaba claro que no tenía ni idea de que todo lo que escribía, todas las notas clínicas, todos los mensajes personales de correo electrónico, cada publicación en las redes sociales, cada centavo que depositaba en la cuenta bancaria, todo estaba siendo monitorizado.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.